Tanto se le criticó. Se la trató de gorda(como si la delgadez fuese requisito para gobernar), de "comunacha", de no creer en Dios(como si fuera delito), de terrorista (ja! los mismos cómplices del terrorismo de Estado).
Es cierto que su capacidad discursiva es limitada pero no es menos cierto, que a la hora de la verdad importan mucho más las buenas decisiones, la coherencia y la ética de vida que los discursos altisonantes.
Admito que en un principio me gustaba más Soledad Alvear por tener más "cara de política". Sin embargo, al irme interiorizando de la historia de Michelle Bachelet no pude abstraerme a la admiración que le profesa el pueblo.Ella lleva en su piel y en su memoria el infame e indeleble recuerdo de la dictadura: tortura, exilio y el asesinato de su padre, a manos de aquellos que eran sus "camaradas". Su temple le ha permitido no caer en venganzas ni ojerizas, sabiendo anteponer el bien común por sobre revanchismos personales.
Se le criticó el ser atea...la verdad prefiero a una atea que actúe en el interés común antes que un fanático Opus Dei que actúa en el egoísmo de su clase privilegiada para luego escudarse en que está "haciendo la obra de Dios". Con respecto a ellos me pregunto: ¿Donde estaba su espíritu cristiano durante la dictadura?...seguramente contando las monedas de plata tomadas de la mano del dictador.
Antes, durante y después de su campaña presidencial tuvo que navegar entre una clase política, que tanto de derecha como izquierda, es democrática en el discurso pero déspota en los hechos ("Todo para el pueblo pero sin el pueblo") y por ello se hace entendible que el pueblo sienta cercanía con ella.La simpleza en su forma de hablar tal vez no sirva para garantizar que el pueblo menos instruido entienda a cabalidad las políticas que su gobierno propugna, pero al menos les hace sentir que se les toma en cuenta, que son mucho más que un número en una nómina.
Chile comienza a caminar por un nuevo sendero, todos los ojos están y estarán sobre nuestra nueva presidenta. Espero que ahora que el gobierno de Lagos ya sentó las bases macroeconómicas, Michelle Bachelet se la juegue por reformas en lo microeconómico para que el "chorreo" neoliberal llegue a los más pobres, a los ancianos, a los estudiantes,etc.
Tengo fe de que Michelle será digna representante de todas las mujeres de Chile, las mismas que durante tantos años han sido relegadas de las páginas de la historia oficial.