Hace unos días estaba leyendo las no-ticias y me topé con un artículo sobre el lanzamiento del libro "Flat Earth News", del autor inglés Nick Davies. Según cuenta la nota, en dicho libro el autor pone en el paredón al periodismo mundial, concentrando sus dardos en los grandes conglomerados de medios de comunicación.
Dichas afirmaciones las hace un connotado periodista y catedrático inglés que ha ganado diversos premios de periodismo. Por lo que los periodistas no pueden caer en excusas sino en la reflexión responsable.
Lo cómico es que dicha noticia la leí en LUN...¿manito de gato a la conciencia del periodista que escribió la nota?
¿Y cómo andamos por casa?
Por supuesto que Chile no es ajeno al fenómeno del clientelismo (des)informativo, teniendo en cuenta que gran parte de los medios noticiosos están en manos de consorcios que aglutinan bajo su poder, no sólo a cadenas de radios, periódicos,etc. Sino también a gran parte del poder político y económico.
Si analizamos el interminable desfile de homenajes y loas a Julio Martínez v/s el discreto homenaje que se le rindió a Patricia Verdugo, obtenemos una diapositiva bastante clara del estado del periodismo en Chile, que a su vez es un reflejo de nuestra propia idiosincrasia ramplona, dada al secretismo.
No pongo en duda la caballerosidad ni honorabilidad de JM pero me parece insólito que se le hayan rendido tantos homenajes a alguien que nunca dijo nada relevante. Porque estoy de acuerdo en que él sabía y habló mucho de fútbol pero, ¿qué sentido tuvo hablar de "justicia divina" en el fútbol, si no fue capaz de hablar de la falta de justicia humana para con tantos compatriotas? Entiendo que una persona cualquiera pueda guardar silencio pero no quienes se supone que tienen como máximo ideal la búsqueda de la verdad y son alzados por sus propios pares, como referente de su actividad.
Por la misma vereda del periodismo, pero por la acera de enfrente, Patricia Verdugo se atrevió a indagar aquello que durante tanto tiempo se ocultó y que ahora, muchos dicen haber ignorado(deben tener tortícolis crónica). Ella no tuvo más estandarte que la búsqueda de la verdad y no contaba con ningún tipo de protección. Pero ello no fue impedimento para investigar de manera acuciosa, VERAZ y valiente los deleznables hechos cometidos por los esbirros del dictador.
Dichas afirmaciones las hace un connotado periodista y catedrático inglés que ha ganado diversos premios de periodismo. Por lo que los periodistas no pueden caer en excusas sino en la reflexión responsable.
Lo cómico es que dicha noticia la leí en LUN...¿manito de gato a la conciencia del periodista que escribió la nota?
¿Y cómo andamos por casa?
Por supuesto que Chile no es ajeno al fenómeno del clientelismo (des)informativo, teniendo en cuenta que gran parte de los medios noticiosos están en manos de consorcios que aglutinan bajo su poder, no sólo a cadenas de radios, periódicos,etc. Sino también a gran parte del poder político y económico.
Si analizamos el interminable desfile de homenajes y loas a Julio Martínez v/s el discreto homenaje que se le rindió a Patricia Verdugo, obtenemos una diapositiva bastante clara del estado del periodismo en Chile, que a su vez es un reflejo de nuestra propia idiosincrasia ramplona, dada al secretismo.
No pongo en duda la caballerosidad ni honorabilidad de JM pero me parece insólito que se le hayan rendido tantos homenajes a alguien que nunca dijo nada relevante. Porque estoy de acuerdo en que él sabía y habló mucho de fútbol pero, ¿qué sentido tuvo hablar de "justicia divina" en el fútbol, si no fue capaz de hablar de la falta de justicia humana para con tantos compatriotas? Entiendo que una persona cualquiera pueda guardar silencio pero no quienes se supone que tienen como máximo ideal la búsqueda de la verdad y son alzados por sus propios pares, como referente de su actividad.
Por la misma vereda del periodismo, pero por la acera de enfrente, Patricia Verdugo se atrevió a indagar aquello que durante tanto tiempo se ocultó y que ahora, muchos dicen haber ignorado(deben tener tortícolis crónica). Ella no tuvo más estandarte que la búsqueda de la verdad y no contaba con ningún tipo de protección. Pero ello no fue impedimento para investigar de manera acuciosa, VERAZ y valiente los deleznables hechos cometidos por los esbirros del dictador.
Al ver el estado de los medios (des)informativos, cabe la pregunta:¿Cuántos habrán leído la noticia? y más importante, ¿Cuántos tomarán el guante? Sospecho que muchos preferirán mirar hacia el lado, prefiriendo ser un cómodo émulo de JM antes que periodistas de verdad como Verdugo.