Cualquiera se deslumbra al escuchar que el sueldo promedio de un minero en Escondida es de $500.000 (US$930 aprox.) mensuales, más beneficios. Y los medios íntimamente ligados a los grupos económicos lo vociferan a toda marcha, como si ese hecho por sí solo fuera argumento suficiente para desacreditar las reivindicaciones de los mineros.
Existen condiciones que merman el beneficio real de dicho sueldo. Por ejemplo:
El promedio de vida de un minero es de 58 años, es decir que no alcanzará a disfrutar de su bien ganada jubilación.
Existen multitud de riesgos fatales asociados a la actividad minera tales como: explosiones, descargas eléctricas, derrames químicos, inhalación de aerosoles tóxicos, polvo en suspensión (silicosis), caídas, accidentes mecánicos, intoxicación dérmica, avalanchas, accidentes automovilísticos, hipotermia, insolación, etc.
Trabajar en condiciones extremas, 30º C en el día y -2º C en la noche. A mil, dos mil o incluso a más de tres mil metros de altitud.
Toda labor en faena demanda total concentración, todo el tiempo. Lo cual redunda en un stress constante y un envejecimiento prematuro.
El trabajo en altura demanda un sobreesfuerzo del corazón, por ende existe un alto riesgo de enfermedades coronarias.
Un minero trabaja de 8 a 12 horas diarias (o incluso más), con riesgo fatal constante, con vida social y familiar menguada lo que causa problemas de depresión y divorcios, debiendo afrontar la certeza de una vida corta, sometidos a condiciones extremas.
El costo de vida en la 2ª Región es uno de los más caros de Chile.
Lo más probable es que sus últimos años los pase en alguna cama afectado de cáncer, silicosis, problemas cardíacos, etc. No en vano la 2ª Región tiene el índice más alto de cáncer a la piel.
Pero obviamente estos hechos, son soslayados por los medios oficiales. Quienes en su constante servilismo a los poderes económicos extranjeros buscan minar las justas reivindicaciones de los mineros.
Me parece de una ignorancia supina el que algunos vociferen diatribas contra los mineros sin tener la menor idea de la situación real que deben enfrentar día a día.
Es un simplismo ridículo el reducir la lucha sindical a un tema de sueldo, ya que la lucha sindical de los mineros se remonta a siglos atrás, época en que comenzó la actividad minera a gran escala y con ello, los abusos a los trabajadores.
Algunos plantean que los mineros no corren el mismo riesgo de los accionistas y ¡tienen toda la razón! Los accionistas arriesgan dinero, los mineros arriesgan la vida.
Los sueldos representan apenas el 1% de los costos de operación de Minera Escondida, quienes tuvieron utilidades de 2.000 millones de dólares. Si bien es cierto esa bonanza fue producto de las tendencias del mercado mundial de metales, no es menos cierto que cuando Minera Escondida tuvo pérdidas se les pidió a los mineros el “ponerse la camiseta” y “apretarse el cinturón”. Entonces ¿por qué a la hora de repartir las ganancias se soslaya a los principales actores de la actividad productiva?
Mientras algunos “chupasangre” se opusieron tenazmente a un royalty a la gran minería dejando a todos los chilenos como meros espectadores del gran festín neoliberal, hay otros neófitos que vociferan, desde su ignorancia, no sólo en torno a la minería sino a la historia de la lucha sindical en Chile. Sin tener el más mínimo referente respecto a la lucha centenaria que se ha librado en el Norte Grande de Chile.
Encuentro patético el que algunos se quejen por lo bien que ganan los mineros, aduciendo que el resto de los trabajadores gana menos. ¿Es que acaso a ellos no les gustaría ganar un sueldo justo? ¿Por qué siempre andan “ratoneando” con la típica mentalidad egoísta, envidiosa y chaquetera? En vez de quejarse de que el del lado gana más, debiesen preocuparse de exigir similares beneficios. ¡Nivelemos hacia arriba! Y no hacia la mediocridad. De lo contrario los pescadores, los empleados de las salmoneras, las temporeras, etc. jamás podrán aspirar a mejoras en sus condiciones laborales, estando condenados a contentarse con las migajas que a las transnacionales se les antoje darles.
Lo ideal es que hubiera un royalty que beneficiara a todos los chilenos, pero gracias a los esbirros de las transnacionales eso no fue posible. Por lo que me conformo con que al menos una ínfima parte, beneficie a quienes se sacrifican de sol a sol para obtener el sueldo de Chile.
Soy nortino, mi piel morena habla por la memoria de quienes han construido la gloria económica de Chile. Soy testigo de las tumbas abandonadas de los mineros del salitre, quienes se rompieron el lomo en el agreste desierto en búsqueda del oro blanco, sólo para morir olvidados a la vera del camino, mientras otros se iban con los bolsillos llenos. Por eso pienso que toda lucha que busque lograr mayores beneficios para los trabajadores, sin importar su ámbito productivo, siempre será justa.
No me opongo a los inversionistas extranjeros, siempre y cuando paguen el justo tributo a nuestra riqueza…nuestra mayor riqueza: nuestra tierra y nuestra gente.
Ojalá que esta lucha sea la antesala de un análisis a fondo de la actividad minera.